Desde hace tres semanas tengo Kely en casa y estoy encantado. Ya no tengo que dedicar los sábados a las tareas domésticas porque ella llega el lunes por la tarde y se ocupa de todo. Bueno de todo no, pero ostras, como le cunden las horas que dedica!!!
Ya no recordaba el extraño placer de llegar a casa y encontrarla inmaculada y limpia. Y lo más extraño de todo, como Kely que es, me habla en catalán. Lo cual no es bueno ni malo, pero si curioso, porque en los últimos años todas las kelys eran filipinas. Es verdad que una kely filipina es más glamorosa, pero qué quieres que te diga, esto de que sea autóctona a mi me puede.
Además, limpia cosas que a mí jamás se me hubiera ocurrido pensar que se debían limpiar. Curiosa profesión ésta de asistenta del hogar. Deberían hacer un master donde enseñaran qué se limpia y con qué.
Sí. Es verdad que pensé en coger un chulazo para las labores domésticas, pero probablemente no habría sido la mejor idea.
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