Sigo encerrado en mi cueva, pero afortunadamente ya me queda menos, creo que en un par de semanas, la vida volverá a su normalidad y podré disfrutar del sol y las copas con amigos...
Mientras me he permitido una escapada para tomar un café con el artista del grabado que podéis ver más abajo. Ha sido un estupendo regalo que me ha alegrado estos días de clausura. Ahora en mis paredes, cuelga un Lligades y oiga... eso siempre se cotiza un poco, no?

Por cierto, estoy deseando que llegue el sábado tarde. Un amigo me ha dicho que me hará una visita a la cueva para "echarme una mano".... tendré que coger extra de kleenex.